LA LUCHA DE VOLVER A HABLAR

No poder decir la palabra que tienes en la cabeza resulta frustrante. 

Tras un ictus, esta condición puede volverse permanente. Y tu vida cambia. 

La afasia se convierte en una malvada compañera con la que lidiar en el día a día.                                                      

A veces se manifiesta no dejándote entender ni una palabra de las que escuchas a diario. Ni tu nombre, ni un saludo, ni un ‘’son 10,50’’ en el supermercado. 

Otras, se muestra bloqueada. Sin sonidos. O con sonidos que no son los que tocan. O con muy pocas palabras. O con muchas palabras sin sentido.

Pero, ¿qué es la comunicación?

O mejor dicho, ¿qué supone la comunicación?

Comunicarse implica transmitir información, es decir, emitirla y recibirla. Gracias a ella, los seres humanos somos capaces de expresar sentimientos, emociones y deseos. 

Es un acto de relación humana. Y es identidad

Por eso es un drama sufrir un stroke de estas características y no poder hablar.       

La rehabilitación o adaptación de la comunicación tras un evento tan terrible resulta primordial y urgente tras las primeras semanas. Y es complicado.                                                    

La comunicación humana depende de un sinfín de circuitos cerebrales muy estrechamente relacionados entre sí.

Pero ¿qué ocurre exactamente en el cerebro cuando se interrumpe el flujo sanguíneo al tener un ictus y no podemos hablar?

Las células nerviosas que se organizan en nuestro cerebro para que podamos tanto hablar como comprender, han dejado de recibir aporte sanguíneo por X tiempo. 

Tras esta interrupción, nuestras neuronas dejan de recibir oxígeno y glucosa. Aparece entonces una onda de potencial eléctrico que circula por el tejido afectado silenciándolas a su paso y haciéndolas perder su capacidad de generar electricidad y procesar la información.

Y así se constituye un accidente cerebrovascular como la primera causa de discapacidad del país. 

Entonces ¿cómo podemos favorecer la comunicación humana basándonos en este evento químico?

Dependiendo del tiempo que haya transcurrido hasta que se ha actuado en el hospital, dependiendo de si se ha tratado de un ictus hemorrágico o isquémico, dependiendo de en qué vaso sanguíneo se ha producido el problema y a qué cantidad de masa cerebral ha implicado… hablaríamos de una o de otra solución. 

Pero a grosso modo.

Aprovechamos la Neuroplasticidad cerebral para reorganizar los mecanismos biológicos, bioquímicos y fisiológicos, implicados en la comunicación intercelular, para adaptarse a los estímulos recibidos. 

Para crear nuevas conexiones neuronales capaces de reorganizarse y volver a rodar. 

Para ‘reaprender’.

Porque eso es la Neuroplasticidad. Una habilidad extraordinaria de nuestro órgano pensante que puede transformarse funcional y físicamente en respuesta a estímulos ambientales, experiencias o demandas cognitivas. En definitiva, a las situaciones que vivimos.

Y eso hacemos en Neurorrehabilitación.

¿Quieres saber exactamente cómo?

¡Ponte en contacto e inicia la rehabilitación en LA NAVE!

Otras entradas del blog

Abrir chat
Hola, ¿en qué podemos ayudarte?